Unidad 1: De la hominización al surgimiento de las primeras civilizaciones.
Clase III: 04-17
“La especialización del ser humano”.
La
aparición de la agricultura y los primeros asentamientos en forma de aldea, se
extienden entre los años 8.000 y 3.000 A.C. Se suele llamar a este periodo como
el de la Revolución Agrícola, pues en él aparecen las primeras manifestaciones
de actividad agrícola. Esta transformación económica se desarrolló por la
influencia del cambio climático que obligó a las poblaciones de bandas de
pastores a dejar las montañas y bajar a las tierras de los valles en busca de
las cada vez más escasas presas de caza; de hecho, deben abandonar las
habitaciones que habían erigido en las orillas de los cursos de agua.
La
necesidad de encontrar una actividad de subsistencia llevó a los hombres a la
recolección y almacenamiento de cereales, que pronto iban a ser sembrados y
cosechados. Paralelamente, el hombre logró domesticar a algunos animales
pequeños como el perro. El primer lugar donde apareció la agricultura fue en el
Cercano Oriente (en la actual Turquía asiática) y los vestigios datan del año
8.000 antes de Cristo. También se han encontrado restos de actividad agrícola
en el Valle del Indo que han sido fechados hacia el 7800 antes de Cristo. Sin
embargo, se estima que recién en el año 3500 antes de Cristo algunas
poblaciones lograron desarrollar la agricultura; el resto se mantuvo con sus
hábitos de caza y recolección.
La
adopción de la agricultura significó para sus usuarios la posibilidad de
desarrollar civilizaciones más avanzadas que las de sus contemporáneos, debido
a los cambios culturales que produjo. El más importante es el paso de grupos
nómadas a poblaciones sedentarias, motivado por la necesidad de desarrollar la
agricultura y la ganadería, y de establecer un lugar fijo de alimentación y
residencia. Consecuentemente, la sedentarización originó el desarrollo urbano y
las ciudades; aunque es cierto que muchos grupos humanos que se dedicaban a la
pesca en las regiones costeras vivían en especies de aldeas, no contaban con una
organización funcional a la actividad económica y no habían logrado desarrollar
ciudades.
Por otro
lado, la adopción de la agricultura generó, por primera vez en la Historia del
hombre, la posibilidad de contar con excedentes alimenticios y se produjo un
fenómeno de crecimiento demográfico; es decir, la población tuvo un aumento
sostenido en el tiempo. La Revolución Agrícola una serie de consecuencias tanto
sociales como culturales a los insipientes asentamientos humanos.
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