Unidad 4: Civilizaciones
pre-colombinas.
Clase I: 06-17
“Mesoamérica y la civilización Maya”.
Las civilizaciones maya y azteca se desarrollaron
en el territorio que hoy ocupan México y Centroamérica, zona que los
investigadores llaman Mesoamérica.
Entre las múltiples culturas que surgieron en esta región, son las más
conocidas porque sus obras impresionaron a los primeros europeos que llegaron a
América. Sin embargo, antes y junto con mayas y aztecas, existieron muchos
pueblos que tuvieron la misma importancia en el desarrollo de la cultura
americana. Los mayas y los aztecas vivieron en épocas y lugares diferentes,
hablaron distintas lenguas, utilizaron la tierra de forma diferente y crearon
manifestaciones artísticas, religiosas y culturales únicas. De este modo, en
una línea de tiempo, los mayas existieron primero –desde el 2500 a.C.–,
localizándose en la zona que hoy es el sur de México, Guatemala, Belice,
Honduras y El Salvador. Los aztecas, por su parte, se ubicaron en la zona
central de México y sus orígenes se remontan al año 1256 d.C. A diferencia de
la cultura maya, la azteca tuvo un desarrollo rápido y acotado en el tiempo.
Los olmecas son considerados como la
cultura madre de Mesoamérica. Ellos crearon el primer sistema numérico,
establecieron un calendario y una escritura, desarrollaron un estilo de arte
propio, formalizaron las primeras elites hereditarias y crearon una extensa red
comercial para obtener productos de todas partes de México. Por ellos se hace
conocido el juego de la pelota y a
ellos pertenecen las denominadas cabezas colosales. Esta expansión de
los olmecas hacia tierras mayas se debe a la búsqueda de ciertos productos que
ellos no tenían en sus tierras. El más importante fue el cacao, que se usaba
para hacer una de las bebidas preferidas de la elite olmeca: el chocolate. Este
contacto hizo que los grupos mayas aceleraran su desarrollo, ampliando sus
ciudades y sus redes de comunicación.
Los mayas vivieron en un área geográfica muy
variada, donde encontramos selvas tropicales en tierras altas y en tierras
bajas. Esto generó una gran disponibilidad de recursos complementarios, lo que
estimuló el intercambio desde sus comienzos. Su cultura se fue desarrollando a
través del tiempo, desde pequeñas aldeas donde vivían familias de agricultores
hasta verdaderas ciudades con arquitectura monumental, es decir, donde se
construyeron enormes pirámides, templos, observatorios, altares y canchas.
Los primeros grupos mayas vivían en aldeas en las tierras bajas o zona
selvática. En estos poblados construyeron una serie de estructuras religiosas y
civiles, hechas de barro, que se organizaban alrededor de plazas, donde se
reunía el pueblo para hacer sus ceremonias. Existían artesanos que fabricaban
instrumentos, figurillas de piedras y concha, trabajaban el jade y hacían
excelentes vasijas cerámicas. Con el tiempo, aparecen las primeras evidencias
de intercambio y contacto entre distintas zonas y aldeas distantes entre sí.
Este período dura alrededor de mil años. Un cambio importante se observa cuando
los grupos aldeanos mayas fueron influidos por una gran cultura que nace en la
costa norte del golfo de México: la olmeca.
Es entonces que la población maya crece y
surgen especialistas, los sacerdotes, quienes comienzan a asumir funciones
específicas a cargo de los templos y el culto a los dioses. Aumenta su poder y
prestigio, lo que poco a poco forma un grupo separado, denominado aristocracia.
Siguiendo la tradición olmeca, comienzan a hacer templos más grandes, palacios,
estelas y altares. Así, las pequeñas aldeas se convierten en ciudades, con gran
número de personas y con una arquitectura templaría hecha a base de piedra.
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